La celebración del Día Nacional de Concienciación del VIH y el SIDA en las comunidades negras el 7 de febrero arroja luz sobre el impacto desproporcionado del VIH en estas comunidades. Además de enfrentar barreras para acceder a tratamientos y pruebas, los afroamericanos también son particularmente vulnerables a una práctica conocida como “vigilancia molecular del VIH” (MHS, por sus siglas en inglés).
MHS se refiere al uso de datos genéticos individuales del VIH para identificar las redes sociales y sexuales de las personas diagnosticadas con el virus, trazando lo que se conoce como “clusters”. Esta práctica invasiva y controvertida ha sido implementada por los departamentos de salud en comunidades negras, de bajos ingresos y latinas, como parte de los fondos de prevención del VIH otorgados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Imaginemos que somos una persona recientemente diagnosticada con VIH o que busca cambiar de medicamentos. Nuestro médico realizará una prueba de sangre para determinar el mejor plan de tratamiento, pero lo que desconocemos es que esos resultados se utilizarán también para vigilancia. Nuestro código viral se envía al departamento de salud estatal y luego al CDC, que compara y contrasta nuestro código con el de otras personas con VIH para identificar posibles transmisiones en redes. Esta identificación puede llevar al resto de nuestra información personal a ser revelada.
Con esta información identificativa, especialistas en enfermedades infecciosas pueden rastrearnos, preguntar sobre nuestras relaciones sexuales o contactos relacionados con drogas y, teóricamente, conectarlos a cuidados médicos. Sin embargo, esta estrategia de seguimiento también puede generar cobertura mediática imprudente, racista y estigmatizadora, en la que los medios nombran vecindarios o calles específicas como “epicentros” de un cluster activo.
Las comunidades más afectadas por el VIH, como las comunidades negras, indígenas, de color, queer, trans, trabajadoras sexuales, personas que consumen drogas, inmigrantes y personas sin hogar, ya están sujetas a una vigilancia excesiva y sobrecriminalización. Además, las personas con VIH son criminalizadas activamente debido a su estado de salud en la mayoría de los estados y territorios de EE. UU. mediante leyes de criminalización del VIH. MHS se encuentra en el centro de un entorno político y social que estigmatiza, discrimina y encarcela a las personas con VIH. Es una forma de tecnología carcelaria que, aunque diseñada en un contexto de salud pública, es explotadora y expone aún más a las comunidades a la violencia estatal.
Investigadores señalan que hay poca evidencia que demuestre los beneficios o la eficacia de MHS. A pesar de ello, sigue siendo uno de los pilares principales de la iniciativa para poner fin a la epidemia del VIH, lo cual implica un gasto millonario que podría destinarse a proporcionar atención médica y recursos a las personas con VIH.
Es hora de resistir y abolir las tecnologías carcelarias, demandando un alto inmediato a MHS. Necesitamos implementar y garantizar salvaguardias adecuadas para proteger la privacidad y la autonomía corporal de las personas con VIH. Las personas con VIH deben participar de manera significativa en la planificación, implementación y evaluación de programas como MHS. Debemos escuchar el llamado del Caucus de Personas con VIH de EE. UU. y declarar una moratoria en MHS hasta que se implementen las garantías adecuadas.
Imaginemos un futuro en el que las prácticas de salud pública realmente encaminen a las personas hacia la salud, no hacia las prisiones. El momento de resistir y abolir las tecnologías carcelarias es ahora, y esto incluye exigir una moratoria inmediata a MHS.
Preguntas frecuentes sobre la vigilancia molecular del VIH (MHS)
1. ¿Qué es la vigilancia molecular del VIH (MHS)?
La vigilancia molecular del VIH (MHS) es el uso de datos genéticos individuales del VIH para identificar las redes sociales y sexuales de las personas diagnosticadas, trazando “clusters” o grupos de transmisión.
2. ¿Quién implementa la MHS?
Los departamentos de salud en comunidades negras, de bajos ingresos y latinas implementan la MHS como parte de los fondos de prevención del VIH otorgados por los CDC.
3. ¿Qué sucede con los resultados de las pruebas de sangre para el VIH?
Los resultados de las pruebas de sangre para el VIH se utilizan tanto para determinar el mejor plan de tratamiento como para la vigilancia. Los códigos virales se envían al departamento de salud y al CDC para identificar posibles transmisiones en redes.
4. ¿Qué riesgos plantea la MHS?
La MHS puede exponer nuestra información personal y llevar a la estigmatización y la discriminación. Además, las comunidades más afectadas por el VIH ya están sujetas a una vigilancia excesiva y sobrecriminalización.
5. ¿Qué se puede hacer para abordar estos riesgos?
Es importante resistir y abolir las tecnologías carcelarias, exigiendo una moratoria inmediata a la MHS. También se deben implementar salvaguardias adecuadas para proteger la privacidad y la autonomía corporal de las personas con VIH.
6. ¿Cuáles son los beneficios de la MHS?
Según los investigadores, hay poca evidencia que demuestre los beneficios o la eficacia de la MHS. En cambio, se argumenta que los recursos podrían destinarse a proporcionar atención médica y recursos a las personas con VIH.
7. ¿Cuál es la posición del Caucus de Personas con VIH de EE. UU.?
El Caucus de Personas con VIH de EE. UU. ha llamado a declarar una moratoria en la MHS hasta que se implementen las garantías adecuadas y se permita la participación significativa de las personas con VIH en la planificación, implementación y evaluación de estos programas.
Enlaces relacionados sugeridos:
– Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)
– Caucus de Personas con VIH de EE. UU.